lunes, 6 de julio de 2020

Las golondrinas..volverán...

Que cada mañana sale el sol y cada primavera llegan las golondrinas, eso lo sabemos todos.
El ave que es un símbolo de nuestros pueblos,y de nuestros campos.

 Aunque por desgracia su población disminuye, siempre pido que nunca dejemos escuchar sus parloteos mañaneros desde los tendales o los cables eléctricos, sin su uit uit de los atardeceres, navegando hacia los nidos del alero, cruzándose en el horizonte cuando poso la mirada perdida a lo lejos sin pensar en nada, dejándome arrastrar solo por esa sensación/ilusión de que algo, más allá de lo inmediato, está en orden y bien hecho…

Su llegada provoca ese alegre regocijo en mi corazón de que los dias más largos serán, y el calor pronto llegará..sus cantos para alentar a toda la comunidad de seres vivos disfrutar de un nuevo dia y momentos por vivir...

Qué sería de las calles sin el griterío de los niños, o de la primavera y el verano sin la escandalosa algarabía de golondrinas y vencejos.
 No concibo la vida sin ellos y, la llegada del otoño con la caída de las hojas desnudando los árboles, silencia el paso del viento entre sus ramas; del mismo modo que las calles guardan silencio cuando sus escandalosos voladores desaparecen.

 Tengo un patio cerrado a mi exclusividad, en el que paso las tardes,cuando el sol va poco a poco desapareciendo,y en las mañanas el desayuno a la fresquita, en compañia de mis gatos y por supuesto encima revoloteando las golondrinas.

Desde pequeña me alegraba verlas en los entonces no tan contaminados cielos de mi Madrid natal,reconozco como antes he dicho me provocaban esa alegria al ver que el curso llegaba a su parte final y..las ansiadas vacaciones!! siempre he sentido algo especial por ellas.

Mi abuelo me enseñó a quererlas usando el argumento más directo y que necesitaba menos explicaciones: «Son buenas porque se comen los mosquitos que te pican».

Cuando mi familia y yo abandonamos la gran urbe para vivir en un tranquilo pueblo de la zona noroeste de Toledo, la comarca Sagra-Méntrida-Camarena, volvi a verlas con sus gráciles vuelos, y lo mejor...verlas dormir a escasos metros de mis ojos, en las cuerdas de los toldos de la casa de mis padres.

Hasta construyeron un nido,y que curiosamente fueron los 2 últimos años de la vida de mi padre. Y ahi quedó ese nido,cuando abandoné aquella casa que fué mi hogar.
Esta es una de las últimas nidadas de ellas,en Agosto 2018. Me sentaba con paciencia a verlas y esperar cámara en mano el momento de la ceba...

Ahi quedó el nido vacio, como la casa que habité..Me llevé recuerdos de las fotos que las hacia a "mis golondrinas".Y que con el paso de los meses supe que el nuevo propietario destruyó el nido..lástima no haberlo sabido para denunciarlo...

La poesía emanada por estas aves cautivó la imaginación de grandes poetas, que la han retratado en sus poemas de la manera más romántica, como asi hizó nuestro Bécquer famosa su " Volverán las oscuras golondrinas..."

La golondrina común o andorina siempre ha estado estrechamente vinculada al hombre. No es extraño encontrar sus nidos de barro y paja en forma de media sopera,y desde el año pasado en mi nueva casa de patio ,debajo del alero del canalón, las tengo de vecinas.

Memoria sorprendente en estas pequeñas aves por que son capaces de encontrar el mismo nido que utilizaron el año anterior o incluso establecerse en el mismo lugar de anidación donde rompieron el cascarón.

Ahora disfruto teniendo una familia bulliciosa, que a prrimeras horas de la mañana cuando el sol es suave todavia , veo a los padres frenéticos volar y cebar mientras sus cabececitas minúsculas asoman.

Las sigo fotografiando, mientras veo a un polluelo timidamente tomar el suave sol de la mañana, antes de regreso al nido


 Este 2020 marcado por la pandemia,meses confinamiento obligado, que  nos llegó por sorpresa, aunque ya estábamos más que avisados..bueno, los del gobierno, que era una gripe de poca monta...


Era previsible...malas noticias, de personas que sufrían en hospitales, de miedos, de incertidumbre en medio de un gran parón social...
Por supuesto que yo soy personal esencial en mi trabajo, y para mi, no ha habido parón..si es verdad que en mis dias libranza he estado confinada.

Yo dentro de lo malo, mi trabajo ha sido renovado, y espero seguir asi mucho tiempo más..me doy cuenta de que la suerte que yo tengo no la tienen otras personas, el trabajo, y poder tener un sueldo.

Lejos de ello, creo que es hora de ser valiente, consecuente, capaces, pensando en que este año es hora de prevenir y seguir normas sociales o comunitarias a las que hasta ahora no estábamos acostumbrados.
Hoy más que nunca es hora de hacer las cosas bien y mantenerlas, para poder salir.. ya sabemos que no hay mal que cien años dure.

Y cómo las golondrinas en su sentido espiritual, simboliza esperanza, buena suerte, amor, fertilidad, luz, resurrección, pureza, primavera, metamorfosis, renovación.Como sabía Bécquer, a veces hay formas de dicha que no regresan y golondrinas oscuras que se van para siempre. Pero pueden llegar otros tiempos ilusionantes si los sabemos construir.

Yo sólo deseo que esta situación nos haya servido para renovarnos en lo principal, la concienciación.


 No será desde luego
hundiendo el tenedor
en el corazón de las golondrinas
como nos alimentaremos de libertad.


(Julia Otxoa)

Fotografias propias

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